Dentro de la Serie de “Entradas” “Golpe de Estado a la
catalana” abrí una Sección que intitulé “Juguetes
rotos” en las que quiero recoger a todos los náufragos del Procés hacia la
Arcadia feliz. Entre los que a duras penas se mantienen a flote en el mar de necedad,
irracionalismo e intereses espurios que conforman esa travesía hacia ninguna
parte por el Mar del Ridículo figura con luz propia un tipo cuya actuación
política inspira tantas carcajadas como vergüenza ajena, el ínclito Artur Mas Gavarró, un tipo de cuidado. Veamos.
Por activo o por pasiva, en mayor o medida los seres humanos
venimos condicionado por nuestros progenitores, la familia, la clase social, la
cultura recibida etc. Existen casos en que la impronta del padre marca de forma
indeleble el porvenir de sus hijos. Este es el Caso que nos ocupa.
Artur Mas Barnet padre del que fuera Presidente de la
Generalitat murió a los 84 años en marzo de 2012. Fue en sus comienzos socio en una sociedad titular de la empresa (Magomo) dedicada a la fabricación de
ascensores que ocupaba un edificio en la calle Pamplona de Barcelona. La
fábrica fue vendida el 9 de mayo de 1980 por 40 millones de pesetas, dinero que
se distribuyó entre los tres socios: 13 millones, antes de impuestos. Un año
antes la empresa había suspendido pagos.
Vds. Se preguntarán a qué se dedicó a partir de 1980 el Sr. Mas Barnet.
La respuesta es simple: actuó de testaferro de Jordi Pujol Soley que hasta ese
año había presidido la entidad Banca
Catalana, entidad que como es sabido
quebró en 1982 dejando un pequeño agujero de 130.000 millones de pesetas,
agujero que fue tapado por el Tirano Estado Español. Después de la confesión de Pujol Soley sobre
su fortuna en el extranjero parece acreditado que en la quiebra-saqueo de Banca
Catalana participó activamente don Pujol, el cual para la mejor defensa de su
catalana patria se llevó unos cientos de milloncetes de vellón al extranjero y
¿quién se ocupó de sacarle provecho?: El bueno de Mas Bernet que recibió a
cambio una sustanciosa retribución que no declaró al malvado fisco español, la
dejó en un paraíso fiscal. De este detalle su hijo Mas Gavarró no tuvo noticia
hasta mucho más tarde, (ni cuando regularizó la cuenta que tenía en
Liechtestein aprovechando la amnistía de Montoro) cuando apareció como
beneficiario de la herencia de su señor padre, al que siempre estuvo muy unido
como buen hijo que es y no solo porque lo metió bajo el manto protector de
Pujol y familia como veremos a continuación.
Cuando Artur Mas era Arturo Mas no mostró ninguna inclinación
política. Terminados sus estudios papuchi lo puso en contacto con la familia Prenafeta, primos de Jordi
Pujol , siendo uno de ellos Lluis, secretario del Gobierno de la Generalitat
con su padrone, una especie de Primer Ministro o “mamporrero en cap”. Les remito a una “entrada” que escribí el 24 de 2010
(¡¡ya ha llovido¡¡) que titulé Amor filial
en la que hacía referencia a la detención y posterior
procesamiento de Lluis Prenafeta por multitud de delitos que podemos englobar
en el término “corrupción”. Su hijo –de ahí
lo de amor filial- defendió a su padre, negando los hechos y explicando (¿) la
detención como una conjura del Gobierno Español contra el honrado de su padre,
cuyo único delito era amar Cataluña (¿les suena?).
Los Prenafeta contrataron a Arturo Mas como Gerente de la
sociedad Vilassar Internacional, del grupo Tipel, sociedad que tras la eficaz gestión de Arturo
Mas quebró dejando una deuda de varios miles de millones de pesetas.
Allí tuvo un compañero de faenas y fatigas que alcanzaría el
estrellato de la popularidad en los medios de comunicación: Jordi Pujol
Ferrusola, con el que siguió trabajando en La Seda de Barcelona, sociedad que también
quebró como es notorio.
Desde 1990 pende un juicio por un presunto pelotazo
inmobiliario en Tarragona para edificar un Eroski en el que aparece como
principal imputado JPF ¿estará también su amiguito del alma? No hay prisa,
podemos esperar otros 25 años para que se abra juicio oral.
Ya en aquellos tiempo hizo sus pinitos en política, llegando
a ser concejal de Ayuntamiento de Barcelona y ser contratado en distintos
departamentos del Gobierno de la Generalitat hasta que en 1995 consigue un escaño en el Parlament y al mismo
tiempo es nombrado Consejero de Política Territorial y Obras Públicas, donde
sucedió a Jaume Roma que a su vez había reemplazado a Josep Maria Cullel: ambos había dimitido por
corrupción pero ahora con Mas la cosa iba a cambiar (3%). En 1997 sustituyó a Maciá Alavedra en el
departamento de Economía y Finanzas. Alavedrá sería detenido junto a Prenafeta
en la llamada operación Pretoria.
El ascenso de Mas es imparable y en 2000 es elegido por el Conducator Pujol como Secretario
General de Convergencia como parte de un plan de mayor calado: convertir
Cataluña en una especie de Corea del Norte donde el poder se transmite de padre
a hijo sin pudor ni rubor alguno. Aquí aparece
la figura de la sin par Marta Ferrusola, florista que engalanaba los
Departamentos donde el “baranda” era Arturito Mas y esposa del Gran
Timonel al que había hecho papuchi en seis o siete ocasiones. Los hijos listos del matrimonio
Pujol-Ferrusola rápidamente se dedicaron
a negocios en nombre de Cataluña y han amasado grandes fortunas que se
ubican en paraísos fiscales. ¿Y qué hicieron con el tonto? Meterlo en política
para que cuando tuviera la edad adecuada ocupara el trono de papuchi y
¿mientras tanto? Pues se pone un testaferro, a poder ser hijo de testaferro y
en este plan.
El plan funcionó hasta que el tonto, Oriol, se pringo con tráfico de influencias
a cambio de suculentas “astillas” y lo pillaron con el carrito de los helados.
Como no coló lo de los malvados españoles que odian Cataluña tuvo que dimitir
de sus cargos en el partido (2013) y de representación (2014) pocos días antes
de que el Padre de la Patria confesara que no había tenido tiempo en 25 años de
declarar la pasta que tenía en Andorra al fisco. El niño por ahí anda lamiéndose las heridas, el resto
de la camada procesados y esta vez no va a venir Felipe González ni Aznar a
salvar a los Pujol. Seguimos atentos a la pantalla.
Prosigamos con la vida y milagros de Arturo Mas, el Rey de la Corte
artúrica o de los Milagros donde brilla con luz propia su apologeta áulica Pilarin
Rahola Martínez.
En 2010 consigue la Presidencia de la Generalitat y ensoberbecido por su
fulgurante carrera hacia el abismo se creyó que podía pasar a la Historia como
Fundador de la República Catalana ¡¡Pobret¡¡. Y convoco elecciones anticipadas: tenía 62
diputados y consiguió en 2012 únicamente 50 y tuvo que apoyarse en el “Bizconde” de Junqueras para poder
gobernar. Se inventó una pseudoreferendum permitiendo votar a los extranjeros,
a los jóvenes con acné, sin dar “cuartelillo” a la oposición a la ilegalidad,
controlando los medios públicos y privados, sin interventores etc. Acudieron
los convencidos o los que esperan “pillar cacho” del rio revuelto en que se
vive en Cataluña donde las relaciones laborales, de amistad e incluso
familiares se han visto deterioradas por la estulticia de este individuo. Al
pseudoreferendum le siguieron otras elecciones, ahora en coalición con ERC. Los
dos juntos (por el Si) obtuvieron los mismo votos que Convergencia en 2010 y
sumando todos los independentista no superaron la barrera psicológica del 50%
de los votantes. No obstante lo cual proclamaron su victoria en un plebiscito
que había perdido claramente, hasta el extremo que le costó la cabeza política.
Cuando llego la hora de la verdad la CUP le pasó factura por los recortes, el
despilfarro etc y hubo de dejar paso a cocomocho Puigdemont dando fin a su
carrera política.
Mas está en caída libre y el probable que ahora o a corto plazo salgan
las pruebas contundentes para procesarlo por delitos de índole económica. Pasará
a la pequeña historia de la región catalana como el hombre que estuvo en
puestos clave (Obras Públicas y Finanzas) desde donde se financió a su Partido,
que a la división clásica de las sociedades en clases unió la de por razón de
lengua, de origen etc. Conclusión, un juguete roto que en su megalomanía estuvo
a punto de llevar a sus conciudadanos a estándares de vida propios del medievo.
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